
En realidad la explicación de la crisis es muy sencilla.
Durante los últimos años los USA han disfrutado de un subsidio gigantesco y continuo: la compra por parte de los bancos centrales asiáticos y de la OPEP de cantidades ingentes de títulos de deuda pública y privada (títulos de FNM, FRE).
Por más de dos mil millones de dólares al día.
En los últimos tiempos, ante el agravamiento de la crisis inmobiliaria, esos bancos centrales y fondos decidieron (en busca de mayor seguridad) ABANDONAR la compra de títulos hipotecarios y centrarse en la compra de deuda pública.
Como consecuencia, el mercado de títulos hipotecarios se cayó. Con las consecuencias vistas para los bancos de inversión.
Y los jerifaltes, viendo que seguían teniendo financiación para el Estado abundante y barata, decidieron socializar el riesgo (puenteando así de alguna manera las preferencias de sus financiadores).
Los USA suponen que van a seguir obteniendo financiación prácticamente ilimitada y muy barata por parte de sus hamijos (bancos centrales Asia y Opep), y por tanto, ancha es Castilla y dinero hay pa tó.
Suponen que tendrán que pagar un tres y pico por su bono a diez años de aquí a la eternidad (dos puntos menos que la inflación de allí).
El problema es que el superávit de Asia y la Opep va a bajar, si se aproxima una recesión mundial. Y las necesidades de financiación de los USA van a subir.
Es decir, habrá menos fondos disponibles, y más necesidad de los mismos.
Con lo cual la crisis hipotecaria se convertirá en un problema de riesgo país, y una amenaza para el dólar y el bono USA.
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