Una lección para los políticos…Las causas del milagro chino
Muchos piensan que el despegar de China como potencia económica mundial se debe a su gran abundancia de mano de obra de bajo coste, pero este no es el único motivo. De hecho, son muchos los países con mano de obra ilimitada a un coste bastante inferior al de China. En este artículo analizamos las zonas económicas especiales y los parques empresariales que China impulsó a partir de 1978. En ellos veremos algunas de las claves que han permitido a China pasar de una economía casi medieval a un imperio económico que amenaza con eclipsar a las economías occidentales más pujantes,
China lanzó su estrategia “Open Door” en 1978, como un experimento social. Hasta entonces, la revolución de Mao había traído no pocos dolores de cabeza, pero la China cuasi colonial de la primera mitad del siglo XX estaba preparada para embarcarse en un desarrollo económico con pocos precedentes en la historia. Open Door fue diseñado como un experimento para ensayar la eficacia de las reformas económicas orientadas al mercado, pero siempre dentro de un escenario controlado. Las claves de las reformas políticas que propiciaron la revolución económica china son las siguientes:
A comienzos de 1978, el gobierno central chino implementó una serie de valientes medidas diseñadas a abrir su economía para captar inversión extranjera y mejorar el standard de vida de sus ciudadanos.
Las autoridades chinas decidieron no abrir toda la economía simultáneamente, sino que designaron para el experimetno cuatro ciudades costeras, las denominadas zonas económicas especiales (SEZs) – estas ciudades son las precursoras del acual sistema de parques industriales nacionales.
Varios años más tarde, las autoridades chinas crearon 14 parques industriales, oficialmente designados Zonas de Desarrollo Tecnológico y Económico (ETDZs). Posteriormente se aumentó el número de ETDZs hasta alcanzar el número de 54.
Las empresas extranjeras que se establecían sus operaciones en estas zonas eran beneficiadas con taxas reducidas y disponibilidad para repatriar los beneficios de capital. Las importaciones de materias primas y mercancías destinadas a ser incorporadas a productos de exportación quedaban libres de impuestos. También se eliminaron las tasas de exportación y se redujeron los costes de licencias para vender en el mercado chino.
Las SEZs y ETDZs en si mismas disfrutaron de una gran autonomía política y económica. Por ejemplo, se les permitió negociar con empresas extranjeras la obtención de beneficios adicionales, como el precio del suelo a bajo coste y la dotación de infraestructuras.
Las reformas económicas basadasen el libre mercado tuvieron éxito en China, y las estructuras SEZs y ETDZS tuvieron un papel principal.
Bibliografía: China´s Special Economic Zones and National Indutrial Parks – Door Openers to Economic Reform. ProLogis Research Bulletin. Spring 2008
CHINA COMO EXPORTADORA DE INFLACCION
China como exportadora de inflación
Las técnicas de mejora de la productividad industrial más eficaces que podemos plantear en una industria deben tener como objetivo la lucha contra la inflación. De hecho, lo que está ocurriendo en China, y otros países asiáticos, es que la inflación está minando su productividad. Pero la inflación China, además de conllevar pérdida de la competitividad de sus exportaciones, también está originando incrementos en los precios en todo el mundo. De hecho, los productos manufacturados de bajo coste han sido claves para mantener la inflación a raya desde la década de los 90. Los altos precios de los combustibles, agroalimentarios, y el incremento en los costes laborales, se están distribuyendo por los mercados chinos. Por ejemplo, el precio del algodón, importante para la fabricación de ropa que China distribuye por todo el mundo, se han incrementado un 40 % en tan solo un año. La competencia por el uso de la tierra en busca de los productos más rentables está forzando la subida de los precios. La inflación de los productos chinos, se está traduciendo entre otras cosas en el incremento del precio del oro, pero también está presionando a los Bancos Centrales, para que cesen en las bajadas de los tipos de interés. De hecho, ya hay expectativas de que la reserva Federal tenga que invertir su política de bajada de tipos para luchar contra la recesión. Este cambio puede provocar un soporte en el dólar norteamericano, y una debilidad en el precio del oro a corto plazo. Otro factor a corto plazo es que el precio del petróleo se encuentra actualmente por encima del punto de equilibrio, según algunos analistas incluso 40-50 $ por encima.
En fin, la situación en China puede tener repercusiones a medio plazo en la economía mundial, estaremos atentos.
Las ventas minoristas crecen en China a una velocidad no vista desde 1999
Analizamos esta noticia, aparecida hoy en Bloomberg, ya que tiene, como todas las cifras que se dan en China, trascendencia internacional. En primer lugar decir, que tal y como están evolucionando los datos en España y parte de Europa, la exportación se está convirtiendo en la única salida para seguir produciendo al ritmo de estos años. Y China desde luego es un mercado codiciado y receptivo, pero receptivo a los productos que ellos no fabrican, que son especialmente aquellos que incorporan tecnología o ingeniería avanzada. El consumo doméstico sigue aumentando en China a buen ritmo, a la vez que las exportaciones se enfrían. No olvidemos que en una situación de crisis internacional, los productos manufacturados chinos de bajo coste son bastante prescindibles. Pero el mercado interior chino ha absorbido en abril un incremento de 116.000 millones de dólares (22 %), después de ganar un 21 % en marzo. En nuestra opinión, estas cifras hacen presagiar que China acabe perdiendo competitividad a medio plazo, ya que la capacidad competitiva actual se debe sobre todo a desarrollar capacidad exportadora en un escenario doméstico de bajo consumo. Pero si aumenta la demanda interna, también lo hará su inflación (como ya está ocurriendo) y ello acabará minando la capacidad competitiva.
De todas formas, las cifras son tan abrumadoras que no todo es tan evidente. Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Central de China, ha dicho que el país necesita ahorrar menos para equilibrar su economía, actualmente sesgada hacia inversiones y exportaciones en el exterior. De todas formas, nosotros vemos esta impulso del consumo chino como una cierta medida de “emergencia”, ya que la maquinaria productiva que China ha creado puede verse afectada por la contracción mundial en el consumo que están provocando las tres crisis globales: Credit crunch, crisis del petróleo y crisis de los alimentos.
Las cifras macroeconómicas chinas siguen siendo abrumadoramente elevadas. El país crece aún a un ritmo del 10,6 % (el año pasado lo hacía a un ritmo del 11,9 %). Las ventas al menor se elevaron un 16,8 % el último año, cuatro veces el dato equivalente en Estados Unidos.
Por último, indicar que como las empresas europeas o norteamericanas que están entrando en China (siempre que lo hagan bien, claro), están sorteando la crisis de ventas en sus respectivos países. Por ejemplo, L´Oreal, líder mundial en la fabricación de cosméticos, ha conseguido que el incremento de sus ventas en los países emergentes haya compensado la disminución de los ingresos en el mercado norteamericano. Carrefour, por otra parte, planea abrir veinte más de sus “tiendas” en China después de los juegos olímpicos. La cadena KFC, también ha dicho que debido a un aumento del 31 % de sus ventas en Asia sus beneficios están aumentando.
Suministrar grano a China
En los sectores afectados por la actual crisis alimenticia suele plantearse cuál es el papel de China en el incremento de los precios. De hecho, ya hemos hablado de ello varias veces en el blog. En esta ocasión profundizamos en las necesidades de suministro de grano a China, basándonos en el artículo “The ravening hoards” publicado en The Economist April 19th 2008.
La preocupación del gobierno chino es conseguir que China sea autosuficiente y mantener el país a salvo de la elevación mundial de los precio. Pero la población de China está preocupada por la inflación de los precios de los alimentos, y especialmente por el incremento espectacular de los últimos meses. Los precios se están elevando con fuerza pero el mayor impacto está teniendo lugar en la carne. Si exceptuamos importaciones de variedades de alta calidad, la inflación del trigo y el arroz no ha sido tan importante como la que está teniendo lugar en la carne. China tan solo importa un 10 % del cereal que consume. Para garantizar sus suministros, no olvidemos que alimentar a una población tan grande supone un enorme esfuerzo, China comenzó a restringir sus exportaciones a principios de este año, y ello ha comenzado a afectar a varios países. El caso más serio es del de Corea del Norte, que podría estar a punto de enfrentarse a una crisis similar a la que vivió el país a finales de los 90.
En China, por el momento no parece haber problemas de escasez. La producción cayó en 2003 pero el gobierno impulsó una serie de medidas que han conseguido aumentarla nuevamente. El gobierno chino ha desvelado recientemente algo que era secreto de estado: China mantiene unas reservas de grano de 150-200 millones de toneladas, aproximadamente el 30 % de su producción. Pero no todo parece estar tan claro, algunos informes de prensa indican que en Guangdong, limítrofe con Hong Kong, se ha estado acumulando grano. Respecto al futuro, la población sigue creciendo pero la tierra cultivable es un recurso limitado.
El hambre de China por los recursos de Australia
La prensa australiana recoge estos días lo que está ocurriendo en ese país tras la llegada de los chinos que recorren el mundo en busca de los recursos que necesitan, y cuya influencia en los precios de numerosos productos es de todos conocidos. Comentamos en este post el artículo “China hungry for more tan just mining” publicado en The Australian, ayer 6 de mayo de 2008.
La cuestión que resalta el artículo es que la voracidad china por recursos está yendo más allá de las materias primas tradicionales, que han originado un trasiego de mercancías sin precedentes entre puertos australianos y el próximo sudeste de China. La jugada está clara, China importa materias primas y las transforma en productos manufacturados de bajo coste que sus redes de distribución ponen en las tiendas de cada barrio en todas y cada una de las ciudades del mundo desarrollado. La influencia de China, y también de la India, en Australia, es tal, que ha causado en pocos años un masivo desequilibrio en los sectores económicos tradicionales australianos. La demanda de productos básicos ha trastocado el perfil demanda-suministro de los elementos básicos de la cadena alimenticia global. Esto es desde luego una gran noticia para unos, pero una seria amenaza para otros que verán minada su productividad si emprenden estrategias firmes para adaptarse a la nueva situación. El ciclo que está viviendo ahora Australia, y muchos otros países, sólo es comparable a los procesos de industrialización intensa que en los siglos XIX y XX vivieron USA, Corea y Japón. La única diferencia es que este nuevo ciclo está provocado por una población de 2400 millones de personas que en China e India demandan materias primas para transformarlas y luego colocarlas en occidente. En términos comparativos, pensemos que la fiebre industrializadora de Estados Unidos tuvo lugar con una población de tan solo 100 millones de personas.
En el artículo se entrevista a un excitado fabricante de fertilizantes australiano, un tal Segal, que se encuentra casi en estado de shock ante las nuevas perspectivas. El 50 % de los nutrientes australianos se necesitan para satisfacer las demandas de la exportación. El nuevo negocio, aparecido de la noche a la mañana, está cambiando bruscamente lo conocido hasta ahora en el sector agrícola.
A la vista está, que los tiempos están cambiando, y el desequilibrio originado por la irrupción de India y China en la carrera por dominar el comercio internacional está haciendo que nada sea igual que hace unos pocos años.
Consumo de acero en China
Siguiendo con el especial sobre China publicado en The Economist March 15th 2008, comentamos en este post el consumo de acero que está teniendo lugar en China. The Economist cita al shougang Group, situado en la periferia de Pekín (ya nos hacemos una idea del nivel de contaminación que se puede alcanzar en Pekín). Esta empresa es una de las más antiguas de China, pues fue fundada en 1919, y pronto se convirtió en una ciudad dentro de la ciudad. La empresa se ha reconvertido en los últimos años, despidiendo a 180.000 trabajadores, y planea deshacerse de otros 60.000, quedando finalmente “tan solo” 20.000 operarios en la factoría. La empresa ha salido a bolsa y planea convertirse en una factoría moderna. Su recinto ocupa ocho kilómetros cuadrados y tiene incluso una emisora de televisión y prensa propia. También las comunicaciones internas son colosales, pues dispone de tren y ferry internos.
En los hornos del interior del recinto, el carbón se mezcla con el metal de hierro alcanzándose temperaturas de 1127 ºC, y el pasado año se han procesado 8 millones de toneladas de acero.
Pero las cosas no quedan ahí, el grupo empresarial que gestiona la planta, en una aventura conjunta con otra empresa, va a abrir una acería aún mayor, en una isla artificial del golfo de Bohai, en la provincia de Hebei. Esta nueva planta procesará 10 millones de toneladas de acero. El grupo Shougang tiene previsto incrementar su producción de aquí al 2010 hasta alcanzar los 20 millones de toneladas.
Pero el peso del acero en China es mucho mayor. Shougang es solamente la novena empresa productora de acero en China, y en todo el país hay 7000 productores de acero, doblándose las cifras existentes en 2002. La producción de acero en China crece a un imparable ritmo del 15 % anual desde 2000, y ya se ha convertido en el principal productor mundial, con un 37 % de la cuota global.
La producción de mineral de hierro se ha doblado desde 2003, y el país es ya el principal productor del mundo., y sus importaciones han crecido desde 148 millones de toneladas en 2003 a 375 millones el pasado año. ¿Entendemos ahora de dónde viene el incremento mundial del precio del acero? A la vista de estos datos, lo que parece claro es que si nuestra empresa es dependiente del acero, o mejora su productividad o probablemente tenga problemas en el futuro; ya que los precios no parece que vayan a dejar de crecer.
El dragón hambriento
Tras leer el post de los nuevos colonialistas, la verdad es que a cualquiera se le quitan las ganas de seguir conociendo lo que nos depara el destino si nuestro negocio compite con China. Pero como no es inteligente utilizar la estrategia del avestruz, lo mejor es que profundicemos en la avidez de China por los recursos. The Economist March 15th 2008 incluye un monográfico completo a esta avidez China por los recursos, y comenzaremos comentando en detalle el artículo “Ravenous dragon”. Si, el “Dragón hambriento”, cuyo título refleja perfectamente lo que está ocurriendo en China.
Las empresas Chinas están transformando su producción. Si hace pocos años inundaron occidente con mercancías baratas de toda índole: calcetines, corbatas, artículos de jardinería, herramientas de uso doméstico, etc.; ahora han dado un paso significativo y están transformando su industria para la producción de equipos pesados de toda índole. Bullen por eso muchas regiones chinas por la necesidad de transformar una industria que ahora ya procesa cobre o aluminio en ingentes cantidades. Además, si en la vieja Europa la gente prefiere acomodarse con puestos de trabajo fáciles, preferentemente en la administración; en China no faltan emprendedores dispuestos a montar fábricas de la nada. Con lo que en España se paga por una vivienda, un chino se une a otro y acaban montando una fábrica, y la diferencia es que la vivienda queda sin producir mientras que la fábrica comienza su larga vida produciendo objetos de cualquier tipo.
Pero los chinos no solo producen en su país, también han demostrado ser los amos en esto de los negocios internacionales. Por ejemplo, en la capital del Congo, Lubumbashi, emprendedores chinos han establecido ya 50 plantas industriales de proceso. De esta forma comienzan a tomar el control de la economía de países emergentes en África. Pero no lo hacen de manera arbitraria, no, todo está perfectamente estudiado. Alrededor del Lubumbashi, se extiende la rica provincia productora de cobre de Katanga, donde la invasión china se asienta de forma perfectamente estructurada. Los hombres de negocio chinos han comenzado a comprar ya explotaciones mineras, para venderlas a las plantas de proceso, todo en un entorno que recuerda al colonialismo europeo del siglo XIX. Holandeses, franceses, ingleses, alemanes, italianos, portugueses y españoles se han transformado ahora en chinos, que recorren África en nuevas exploraciones buscando chollos. Es una actividad mucho más lucrativa que las expediciones de Burton y Livingston, y desde luego como aquellas, si que sirven para establecer todo tipo de contactos en el continente. Es curioso que mientras Europa anda preocupada por la migración que les llega de África, por su puerta trasera se han colado los chinos para emprender toda suerte de negocios que los europeos no hemos tenido capacidad para iniciar.
Si estas actividades son espontáneas, desde luego no lo parece, puesto que tras estos primeros exploradores a lo “Livingston”, y una vez localizadas las “fuentes del Nilo”, comienza el desembarco de los inversores chinos a gran escala. Además, sin escatimar en gastos, puesto que entre otras cosas invertir en África resulta escandalosamente barato. Por ejemplo, el gobierno del Congo ha anunciado que las inversiones chinas van a alcanzar en ese país una cifra que triplica el presupuesto del estado para toda la nación. Los chinos simplemente lo van a planificar todo: Ferrocarril, carreteras, etc. Y esta ayuda ya está comprometida hasta 2010. Los chinos han comprendido que vincular a África a base de limosna procedente de ayudas al desarrollo no sirve más que para mosquear a la población, y ellos lo están haciendo a lo grande. Ahora que las materias prima suben de precio, desde luego están posicionándose de forma acertada en los países productores.
Y el Congo no es ni mucho menos el único país que se está beneficiando de la avidez china por los recursos naturales. Desde Canadá, Indonesia a Kazakshtan, las firmas chinas están tragándose petróleo, gas, carbón y metales, o pagando por los derechos para explotarlos, o comprando firmas que los producen. Los barcos hacen cola en el mayor puerto de carbón de Australia, Newcastle, para cargar cargas con destino a China. En el mes de junio se registraron en este puertos filas en espera de 71 grandes barcos. Las economías africanas y latinoamericanas están disfrutando de un crecimiento no conocido hasta ahora, y esto se debe en parte a la demanda china de sus productos.
Los nuevos colonialistas
Cuando hablas con la gente, hay un sentir popular de que China está poco a poco ocupando posiciones e invadiendo cada vez más sectores económicos. Lo hacen de de forma inteligente, desde abajo, nada de comprar empresas cotizadas, los chinos compran el bar de la esquina y transforman en un todo a cien la tienda de complementos que nunca funcionó. En nuestra opinión, la importancia de China es tal que los negocios del futuro inmediato tienen dos opciones; aprovecharse de la bonanza China, con lo cual prosperarán; y competir con China, en cuyo caso están abocados a un cierre irremediable. Ha llegado el momento de conocer exhaustivamente a China y a los chinos.
Escribimos un nuevo artículo sobre China, a partir de “The new colonialists”, publicado en The Economist March 15th 2008, que sin duda nos va a sorprender, pues las cifras de las que habla no tienen parangón de lo conocido hasta ahora en economía internacional.
En otros artículos hemos hablado de lo que está ocurriendo en Asia con los alimentos. No exageramos cuando hablamos de la voracidad china por las materias primas. El país cuenta con alrededor de 1/5 de la población mundial, pero está engullendo más de la mitad de la carne de cerdo que se consume en todo el mundo, la mitad del cemento, un tercio del acero y la cuarta parte del aluminio total producido. Pero si las cifras absolutas son asombrosas, más aún lo son las cifras de crecimiento, que no dejan de causarnos cierto temor ante lo que puede ocurrir en los próximos años. China está importando actualmente 35 veces la soja que compraba en el exterior en 1999 y 23 veces el cobre que importaba ese año. China se ha tragado las cuatro quintas partes del crecimiento en la producción de cobre que ha tenido lugar en el mundo desde 2000.
Y lo que es peor, China está cada vez más hambrienta. Aunque el consumo de petróleo está cayendo en Norteamérica, el precio del barril de petróleo está rompiendo todos los records, y ello es debido fundamentalmente a la demanda de China y otras economías emergentes. La Agencia Internacional de la Energía espera que las importaciones de China se tripliquen de aquí a 2030. La demanda China de materias primas está creciendo tan rápidamente que está originando una etapa de bonanza entre los agricultores, mineros y al sector petrolero. El término “expansión cíclica” no parece hacer justicia a lo que está ocurriendo. Por ello, la banca ha acuñado un nuevo término: “superciclo”.
No todos los observadores piensan, sin embargo, que el apetito sin escatimar que tiene China por las commodities es tan grande. Las quejas más comunes se centran en la política extranjera que está llevando a cabo China. En su afán por asegurar suministros fiables de materias primas, se dice, China está mimando a los dictadores, despojando de recursos a los países pobres. De este pecado no están libres desde luego la mayoría de los países de occidente, lo que ocurre es que China lo está haciendo ahora a lo grande. Los países más afectados están en África y Latinoamérica.
Estos argumentos ignoran los beneficios que la borrachera por commodities de China está trayendo a muchos países pobres, y a otros ricos como Australia. Las economías de África y Latinoamérica nunca han crecido tan rápido.
China está también desplegando toda su acción diplomática para tratar de paliar los efectos de su política. De hecho, está tratando de paliar su influencia en occidente para tratar de frenar el odio creciente que está despertando en sus amigos, incluyendo Sudán y Myanmar. Para ello está tomando medidas como dejar de resistirse al despliegue de las fuerzas de la ONU en Darfur, e incluso está enviando a sus propios ingenieros militares para unirse a la fuerza.
La avidez de China por los recursos naturales está creando bastantes problemas. La mayor parte de ellos, sin embargo, se están produciendo en China, y no en el extranjero.
China está pasando su aspiradora en todo el mundo tratando de conseguir materias primas, pero el motivo no es que su economía esté creciendo a un ritmo paralelo a su voracidad. El motivo de este aumento desmedido es que el crecimiento chino se concentra en recursos que usan muchos recursos. En los últimos años, el sector de la fabricación chino ha pasado de fabricar productos ligeros (omnipresentes en occidente) a fabricar como industria pesada. Por este motivo, por cada producto fabricado, China consume ahora muchas más materias primas.
Esto puede sonar a cambio menor, pero las implicaciones son dramáticas. Más preocupante aún son los niveles de contaminación que está alcanzando China. La industria pesada requiere una enorme capacidad para producir energía, y para colmo los sistemas de producción chinos no son eficientes desde el punto de vista del consumo energético. De hecho, en la fabricación de acero, por ejemplo, se usa el 16 % de la energía de China, lo cual contrasta con el 10 % de los principales países productores. Pero el combustible más común utilizado en China no es el petróleo, sino el carbón. Por ello, plantas químicas y acerías lanzan más y más lluvia ácida y smog, por no mencionar el calentamiento climático.
Estos problemas no sólo son un inconveniente, sino un lastre para la sociedad. Cada año, causan millones de enfermos, y provocan cientos de miles de niños prematuros muertos.
¿Qué podemos hacer ante esta situación? Pues ya lo hemos dicho al principio, la única solución que queda a los productores de occidente es aprovechar precisamente este boom de las materias primas. Y sobre todo aprovechar los puntos flacos de la producción China, que son muchos y los iremos viendo pronto.
Sombras sobre las inversiones en China
Este post es una adaptación de “Shame fills a vacuum in China´s financial law enforcement”, publicado en The Economist March 1st 2008
Cualquier empresa con aspiraciones a la intenacionalización tiene sus ojos puestos en China. Por otra parte, son muchos los inversores extranjeros atraídos por las elevadas rentabilidades de los mercados chinos. Pero lo primero que debemos hacer si queremos mantener negocios con China, es conocer este país en profundidad. Trataremos de conocerlo en esta sección, pero hoy nos parece interesante hablar de los vastos huecos en las regulaciones de los mercados financieros chinos, una cuestión delicada que no es ningún secreto. Estos riesgos se advierten en los productos de inversión destinados a occidentales. Suele advertirse de un amplio espectro de riesgos que van desde la posibilidad de la expropiación comunista a la manipulación de mercados y fraudes.
Incluso cuando existen normas, la línea entre conductas aceptables y no aceptables no está a menudo clara, y algunas acciones son patentemente injustas. No hay por ejemplo una ley clara sobre revelación de información privilegiada como las que existen en USA o Europa.
Ante este panorama, China podría ser rechazada por los inversores, pero no es así. Las bolsas de Shanghai y Shenzhen – aunque han caído profundamente este año –tienen una capitalización mayor que ningún país en el mundo, excepto Estados Unidos y Japón. A pesar de su tamaño, los mercados no son eficientes. El movimiento del precio de las acciones, según varios estudios, no se ajustan a los resultados financieros como ocurre en otros mercados. Esto no sólo es malo para los inversores; ya que socava el trabajo de los mercados de canalizar el capital a donde puede ser usado.
Muchos estudios han mostrado el papel de un buen ambiente legal en los mercados financieros. Pero Benjamin Liebman y Curtis Milhaupt, dos profesores de Columbia, argumentan que otra forma de regulación ha emergido en la sombra. Basándose en las tradiciones chinas, las autoridades utilizan la disciplina contra los malhechores usando la crítica del público.
Los mercados financieros se regulan usualmente mediante leyes bien reforzadas, como las que se introdujeron en América durante la Depresión; o mediante la autorregulación, como ocurrió en América antes de la Depresión u ocurre hoy en Londres en el mercado de inversiones alternativas. Durante muchos años los académicos enfocaron su atención en las leyes, creyendo que los intercambios persiguen los intereses de sus miembros antes que de los inversores. Sin embargo, la autorregulación está cobrando fuerza. De manera privada los mercados tienen interés en proteger a los inversores.
Cuando se creó el mercado de acciones chino en 1990, el objetivo principal era usar el ahorro privado para reestructurar las empresas estatales. En los últimos dieciocho años, China ha introducido normas para luchar contra la manipulación de los mercados, el fraude, y los negocios utilizando información privilegiada, pero el esfuerzo ha sido insuficiente. El organismo competente está desbordado. A veces se tardan años en investigar un caso, y cuando se impone la sanción el hecho ha perdido relevancia.
Los tipos de interés en China vuelven a subir
Gran parte de los problemas que acarreamos en España como consecuencia de la crisis financiera se deben a que a partir del 11 de septiembre la política de la FED fue colocar los tipos en negativo en términos reales. Ello impulsó el crédito desmedido que ha provocado la situación actual en la que el sistema financiero presenta dificultades para satisfacer la demanda de crédito. China se encuentra actualmente en una peligrosa situación por el sobrecalentamiento de su economía y su inflación. Pero el Banco Central está actuando para evitar males mayores.
Según el Banco Mundial china elevará nuevamente los tipos de interés para tratar de frenar el mayor incremento de la inflación de los últimos once años y los precios inmobiliarios. Según el economista del Banco mundial Justin Lin Yifu, si China no eleva los tipos de interés, los tipos de los depósitos serán negativos. El Banco se propone a subir los tipos oficiales para mantener los tipos reales en positivo y tratar de frenar la inflación.
La inflación en china puede situarse en febrero a unos incómodos niveles del 8,5 %, los tipos de los préstamos al 7,47 % y los de los depósitos al 4,14 %. Si no se suben los tipos la gente retira sus depósitos recalentando aún más el mercado de la propiedad y la inflación.
¿Toda la construcción está en crisis?
La respuesta es rotundamente no. El fenómeno tiene un carácter local que afecta a países como España, Estados Unidos o Irlanda; pero varias economías emergentes tienen un sector pujante actualmente. Este breve artículo tiene como objetivo fomentar la participación de nuestras empresas en proyectos internacionales, y desde luego no compitiendo en costes sino en capacidad técnica. La capacidad para realizar proyectos complejos que se ha desarrollado en España estos últimos años puede dar a nuestras empresas las ventajas competitivas que requieren para internacionalizar su actividad. Veamos un ejemplo de mercados realmente boyantes.
Entre las economías donde el boom de la construcción brilla con más fuerza, encontramos sin duda a China en el puesto más alto del escalafón. Y lo demostraremos con los datos cuantitativos del artículo “Rushing on by road, rail and air” publicado en The Economist February 16 th 2008 no tiene parangón en la historia reciente.
Lo primero que veremos al entrar en China es el nuevo terminal del aeropuerto de Pekín, que ya se ha convertido en el más grande del mundo. Diseñado emulando la sinuosa figura de un dragón, ha sido construido durante cuatro años con la participación de 50.000 trabajadores. Quizás tendríamos que remontarnos a la construcción de la gran pirámide de Keops para ver un despliegue similar en una sola obra. El terminal tiene una longitud de 3 kilómetros; siendo un 17 % más grande que todos los terminales combinados del gran aeropuerto de Heathrow. Pero el aeropuerto de Pekín es un ejemplo solamente; si dirigimos nuestra mirada a la red de carreteras nos llevaremos una sorpresa similar. Más aún porque hace tan solo quince años viajar entre las ciudades chinas era toda una odisea, eligiésemos el medio que eligiésemos. La red de carreteras que está construyendo China sólo puede compararse con la red interestatal de carreteras de los Estados Unidos. Al respecto, las previsiones de China son construir 70.000 kilómetros de vías rápidas hasta el año 2020, y ya han sido construidos 53.000 kilómetros. En el tráfico aéreo, y su infraestructura asociada también se manejan cifras escalofriantes, pues se ha pasado de 5 millones de pasajeros en 1985 a 185 millones en 2007. China ha construido ya 142 aeropuertos y prepara la construcción de otros 97 de aquí al 2020. Por último, mencionamos que en ferrocarril también está China a la cabeza; su línea Maglev (tren de levitación magnética) circula a una velocidad de 420 km por hora, y también está en proceso de expansión.
En fin, como no va a aumentar China su productividad con tal despliegue de medios. Al respecto, recordamos que la red interestatal de Estados Unidos consiguió aumentar la productividad en un 31 % anual.
La voracidad China por el arroz
Como no podía ser de otra forma, inauguramos una sección monográfica para el estudio de la competencia que China puede hacer sobre los productores de otros países; y es posible que sea una de las secciones más interesantes en un futuro próximo. Para empezar, nada mejor que una reseña sobre el que creíamos hasta hace bien poco era su producto estrella y casi único, el arroz. Según esta noticia de Bloomberg las compañías chinas han alquilado ya 1,2 millones de Hectáreas (se dice pronto) en Filipinas para cultivar arroz. Si bien el negocio que se ha generado alcanza los 5.000 millones de dólares los granjeros locales están en contra de estos acuerdos. El motivo de esta oposición es de lo más curioso; los filipinos trabajaron obligados la tierra durante 400 años para los propietarios españoles y estadounidenses y eso les dejó muy marcados; temen que tanta titularidad china de las tierras se vuelva en su contra.
Especial China
miércoles, 20 de agosto de 2008
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